Cuando utilizamos nuestro ordenador la velocidad es un factor muy importante a tener en cuenta debido a que está ligada de forma clara a la productividad y ahorro energético.
Al instalar un disco SSD reducimos drásticamente el tiempo de carga de las aplicaciones y procesos del sistema, lo que resulta en un mejor rendimiento y aprovechamiento del tiempo de uso.
Además, los disco de estado sólido (SSD) tienen la ventaja de que al no disponer de piezas móviles son mucho más fiables tanto en uso normal como a la hora de una caída de nuestro dispositivo, obteniendo una mayor seguridad en el almacenamiento de nuestros datos.
La instalación de un SSD suele tardar un par de horas y se puede realizar tanto con una instalación limpia como clonando sus datos para que el sistema esté exactamente como lo tenía anteriormente.