Durante el fin de semana, Joe Belfiore de Microsoft confirmó, a través de su Twitter, algo que ha sido sospechado por muchos meses: Microsoft no desarrollará nuevas características o hardware para Windows Phone. Los móviles ya existentes recibirán soporto para arreglar bugs y también dispondrán de actualizaciones de seguridad, pero la plataforma está, ahora mismo, en un modo de mantenimiento constante hasta que se pueda suprimir.
Las dificultades de Microsoft en el mercado móvil no son un secreto, pero por un tiempo la compañía parecía como si mantuviese a Windows Mobile como si fuera una preocupación activa, sin importar su pérdida de clientes y de posicionamiento. A lo largo de 2016, Microsoft produjo nuevas estructuras para el programa Windows Insider y añadió nuevas caraterísticas al Windows Phone. Incluso en abril de este año cuando se lanzó el Windows 10 Creators Update, ese desarrollo ya carecía de otras características que sí estaban presentes en Windows para PC, por lo que ya se estaba empezando a dejar morir la versión para smartphones. Pero a pesar de esto, hasta los tweets de Belfiore este fin de semana, Microsoft nunca dijo de manera oficial que sus planes respecto a la programación de móviles tenía los días contados.
Respondiendo a otra pregunta en Twitter, Belfiore explicó que Microsoft nunca pudo superar las carencias de los incentivos a las apps ya que era muy difícil, incluso imposible, justificar la inversión en desarrolladores de estas con un volumen de usuarios tan bajos. El año pasado, las ventas de Windows Phone colapsaron y pasaron de los 10 millones de ventas hace 3 años a números que rondan con extrema cercanía el 0.
La sospecha que se hizo realidad
Belfiore también se expresa como un fan absoluto de la plataforma pero confirma algo que ellos mismos sospechaban: el colapso y caída de la misma. Se intentó por todos los medios que no cayese pero el diseño de la misma, su tema blanco sobre negro, diseño limpio y atractivo, según Belfiore, no parece ser suficiente para competir contra Android o IOS.
Un inicio insospechado
Lo que hace de la posición de Microsoft un hecho particularmente decepcionante es que alimentaron una continua sensación de que no tenía porqué desenlazarse de esta manera, invirtiendo y apostando constantemente pero, sobre todo, consiguiendo que personas apostaran por sus productos, encontrándose ahora con móvil recién comprado al que pronto no le quedaran proveedores de servicios por mucho que Windows mantenga el soporte.
La compañía fue muy lenta para darse cuenta de la importancia de las pantallas capacitivas y de las interfaces de usuario «finger-first». En vez de ver cómo lo estaba haciendo iPhone y de ahí desarrollarse, Windows apostó primero por crear algunas interfaces muy básicas para el uso de los dedos que realmente buscaban recrear de manera miniaturizadamente replicada, las interfaces del ratón en un PC.
Windows Phone 7
Cuando Windows Phone 7 aterrizó en los mercados en 2010, estaba claro lo que Redmond hizo: saber cómo colocar una interface de alta calidad basada en el tacto con dedos y un sistema operativo que optimice todos estos elementos. Este lanzamiento inicial era una promesa a largo plazo aunque contenía características muy pobres y, quizás más fundamentalmente, Microsoft estaba buscando su método de negocios más convencional que es el de cargar a las compañías de hardware con licencias de software y no centrándose en el diseño en sí de los dispositivos.
En un nivel, esta decisión era entendible, porque era un modelo que había probado un inmenso éxito para Windows y modestamente exitoso en la era de Windows Mobile, cuando iPhone aún ni existía. Pero en otro nivel, era un error claro: la competición cara a cara en este mercado no era contra IOS, sino que contra el Android de Google, y a pesar de que este último tiene una cierta complejidad en cuanto a las licencias, el coste del software de Android es cero para las compañías del hardware. Cualquiera puede reciclar piezas sueltas, crear un móvil un tanto mestizo y aún poder instalarle Android como sistema operativo sin tener que pagarle a Google.
Windows: Luces de éxito
De esta manera Windows Phone 7 derivó a su nueva versión, el Windows Phone 8 lanzado en 2012, el cual era un hermano del Windows para escritorio, siendo una jugada buena desde esta perspectiva ya que se iban compatibilizando más y más las sinergias con cualquier ordenador. Sin embargo, la transición fue muy dolorosa ya que los dispositivos ya presentes en el mercado no se podía actualizar al nuevo sistema, dejando a los adoptadores más tempranos con móviles cuya vida útil se vio adelantada.
Aún así, y perdiendo mucho clientes por la falta de soporte y de soluciones para sus primeros clientes, Windows Phone ganó muchísima clientela al aliarse con Nokia, por lo que en los años 2012 y 2013 la plataforma comenzó a andar con paso firme, aportando a los usuarios verdaderas maravillas del mundo smartphone con diseños como el del Lumia 520 al que los Android en esa misma gama de precios tenían que mirar con respeto y sin tener la más mínima oportunidad de ganarle en alguno de sus apartados.
Windows: sombras de fracaso
Sin embargo, después de esto las cosas comenzaron a flaquear. La mezcla que constituía a los Lumia se fue deteriorando ya que en vez de ofrecer mejoras como sí hacían otras marcas, este sólo lanzaba reemplazantes peores en cada aspecto, por lo que su buena racha se acabó allí.
Windows se centró en aumentar la compatibilidad de los dispositivos con los PC habituales hasta que el Windows 10 claramente estableció una compatibilidad plena entre móvil y ordenador. Sin embargo, Windows no miró atrás para no cometer los mismo fallos, por lo que, aunque este movimiento era estratégicamente superior al de la competencia, olvidó, nuevamente, permitir a dispositivos en Windows Mobile 8 actualizarse al 10, dejando a millones de consumidores sin soporte ni capacidad de evolucionar.
El lado oscuro de Windows Phone
Fallos en el diseño y desarrollo del hardware y software, escándalos públicos que dañaban la confianza por parte de los usuarios al estar despidiendo Windows a miles de empleados como quien se cambia de ropa terminaron de tumbar a la plataforma en 2015.
De hecho, ni siquiera son capaces de alimentar la lealtad en sus filas ya que se producen muchas filtraciones producto del descontento de sus empleados que aseguran que otras plataformas de la compañía no progresan con todo el potencial que poseen debido a la falta de personal para el desarrollo de las mismas. (Véase Xbox, Surface Studio, etc).
En sus mercados más fuertes, Windows Phone sólo se mantuve estable en 2014 antes de precipitarse dañinamente en 2015 y 2016. La carencia de harware deseable, progreso nulo en el software y la falta de una dirección de calidad suponen el hecho que nos llama la atención hoy: Windows Phone fue abandonado para morir por su propio creador.
